Título: Logan Reyes ya no es un capullo | Autor: Jorge Cienfuegos | Editorial: Nube de Tinta | Precio: 18€ |
Últimas noticias: Logan Reyes ya no es un capullo. Es algo que les sorprenderá, queridos telespectadores, pero todo parece indicar que Logan Reyes, que le robó el corazón a todo un país cuando quedó finalista en el conocido reality Un príncipe americano y que se lo devolvió a patadas roto y maltrecho cuando fue descubierto orinando en plena calle y teniendo múltiples escarceos amorosos, parece que se ha redimido de todos sus pecados y ha demostrado que es una persona de carne y hueso y no la marioneta de una productora malvada. ¿Quieren saber más? Pues continúen leyendo.
Logan necesita que alguien limpie su imagen y Ben necesita, pero de verdad que NECESITA escribir la biografía de uno de los personajes que más detesta para poder empezar a publicar sus propias historias y dejar su empleo de camarero. Y es que Ben y Logan pueden parecer el agua y el
aceite: la primera impresión es nefasta pero saben que están condenados a
trabajar juntos. De los dos, quien lleva la voz cantante es sin duda
Ben, ya que la historia ocurre desde su punto de vista, y aunque debido a
esto Logan pueda tener momentos de chico de plástico deshumanizado,
poco a poco vamos dándonos cuenta de que es por la visión que tiene Ben
de él. Es bonito ver como poco a poco se van haciendo amigos para
después volver a odiarse para después… detrás de estas idas y venidas
además hay un mensaje muy potente que, aunque le da cierta seriedad a la
historia, no lo convierte en una tragedia shakesperiana. Según avanza a
historia, se introducen punchlines, gags y demás recursos que nos
recalcan lo muy consciente que es el autor de que esto se trata de una
comedia romántica: casi rompiendo la cuarta pared, leyendo la mente del
lector, Jorge hace uso de recursos y personajes para reírse de sus
propios protagonistas (en especial Ben, mi Ben) haciéndonos partícipe de
una especie de broma privada, un secreto que compartimos con la novela.
Con estos recursos Jorge parece decirnos “si, soy consciente de esto,
es intencional, puedes relajarte” y crea una complicidad que es difícil
de conseguir en la comedia.
Leer Logan Reyes ya
no es un capullo es como leer tu peli romcom favorita de mediados de los
2000, esa que te ves los domingos tristes antes de volver al trabajo,
cuando has roto con tu mejor amiga o cuando estas a 38 de fiebre, no te
apetece pensar y necesitas, por un momento, huir a un sitio más feliz,
con personas reales que viven situaciones que no lo son tanto. Jorge
Cienfuegos sabe muy bien lo que hace cuando nos pone ante las narices
esta historia, y según avanzamos la lectura, somos es perfectamente
conscientes de que el autor es plenamente conocedor de los recursos,
clichés, golpes de efecto y giros de trama más típicos del género.
Porque una romcom tiene que ser eso: una comedia con una trama principal
romántica, con su dosis muy muy pero que muy justita de drama, que
pueda tocar temas serios pero sin olvidar que aquí hemos venido a
pasarlo bien.
¿Nunca os ha pasado que leéis un
libro de romance, sea romcom o no, y os falta algo? ¿Que el peso de la
trama cae demasiado en la pareja protagonista? ¿Que os estáis ya
aburriendo de que no haya hueco para respirar y de que los personajes
secundarios no solo no aporten nada, si no que parezcan NPC con sus
frases preprogramadas? Porque a mi si. Logan Reyes ya no es un capullo
es un libro de poco más de 300 páginas con márgenes muy grandes que
consigue lo que no consiguen muchísimos libros de romance del triple de su extensión: que el
entorno de los protagonistas tenga relevancia y se luzca y además,
aporte en la trama principal. Me parece algo tan fundamental y a la vez
tan complicado de hacer, que es algo digno de destacar. Tenemos a Lexi,
tenemos a Julia, tenemos a Hassan, a los padres de Ben, a los de Logan,
a… tenemos a todos los personajes que hacen que la historia tenga una
visión global, perfecta y redonda, personajes que nunca sobran, con sus
historias y sus preocupaciones que a la vez aportan a los protagonistas.
Si no fuera por todos esos personajes que les rodean, quizás esa
primera reunión, tan fatídica se hubiera quedado en eso y no hubiésemos llegado a la conclusión final: Logan Reyes ya no es un capullo (y quizás
nunca lo fue).
Poco más que añadir: si con todo esto no os he
convencido de que Logan Reyes ya no es un capullo y no os entran ganas
de averiguar los motivos leyendo este libro, quizás no haya nada que hacer
por vosotros. Lo siento mucho, yo lo he intentado.
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